jueves, 22 de abril de 2010

Intervención del Senador Rubén Fernando Velázquez López, en el Foro: Los Acuerdos de San Andrés Asignatura Pendiente.


México, D. F., 21 de abril de 2010.

La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás:
por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.
Eduardo Galeano



En México, la historia de los pueblos indígenas antes y después de la conquista se narra como una crónica de lucha permanente para reclamar el reconocimiento pleno de sus derechos, para demandar lo que es suyo. La autonomía y la libre determinación de las comunidades indígenas desde hace siglos ha sido una práctica común para sus pobladores, sin embargo dicha realidad persiste negada desde el caduco discurso jurídico y político.

La dominación, explotación, subordinación y exclusión, han sido la condena social que ha restringido el libre ejercicio de sus derechos; la tesis del integracionismo cultural ha quedado atrás. No debemos olvidar que el indígena no se rinde, que lucha, y exige hacerse respetar por los sistemas jurídicos que lo han desdibujado históricamente.

Los intentos para lograrlo, han sido bastos. En su momento se pensó en una reforma constitucional integral que fuera coherente con la realidad social de nuestro país, eliminando cualquier prejuicio y discriminación ante la plena autonomía de los pueblos indígenas, sin embargo la atención que se les dio a las demandas sociales, fue la mínima y ha ido en detrimento.
La realidad social de los pueblos indígenas al igual que cualquier otra organización humana, se reviste de retrocesos y avances; sus necesidades y exigencias no son las mismas de hace unos años. Debemos entender que los pueblos indígenas son sociedades que se movilizan en razón de múltiples factores internos y externos, y por ello es importante conocer el contexto actual de la problemática, ¿qué aspectos del conflicto siguen vigentes y cuáles no?

Es necesario por tanto, analizar los alcances, progresos y deficiencias que generó el cumplimiento parcial de los Acuerdos de San Andrés y la promulgación de la reforma constitucional de 2001 en materia de derechos de los pueblos indígenas.

Razonada consecuencia sería el retomar las líneas de demanda plasmadas en los Acuerdos e impulsar el diálogo nacional para hacer las reformas y los cambios que el país reclama. El desafío para todos los interlocutores, es encontrar el camino de la justicia y la paz social, el cual forzosamente requiere de la asunción de compromisos y el cumplimiento de los pactos.

Estas comunidades se movilizan, se plantean otras maneras de organizarse política y socialmente, precisamente, para resolver o dar respuesta a este trato inhumano que aún prevalece hacia ellos. Sin lugar a dudas, es una asignatura pendiente la libre determinación de los pueblos indígenas ya que es en sí, parte fundamental del reconocimiento de sus derechos colectivos.


Respeto, certeza jurídica, justicia social, dignidad. Son las demandas de los pueblos indígenas; reunamos los elementos necesarios para lograr el cumplimiento de los objetivos depositados en los Acuerdos, que siguen presentes desde 1996.

No hay comentarios:

Publicar un comentario