viernes, 26 de marzo de 2010

presentación del libro Secularización del Estado y la Sociedad

Los senadores del PRD, Carlos Navarrete Ruiz y Rubén F. Velázquez López participaron en la presentación del Libro: Secularización del Estado y la Sociedad, organizado por la Comisión del Bicentenario y que se llevó a cabo en el Patio Central del Palacio legislativo de Xicoténcatl.

Discurso del Senador Rubén Fernando Velázquez López en la presentacion del libro: Secularización del Estado y la Sociedad

México, Distrito Federal, jueves 25 de marzo, 2010.

Necesario seguir trabajando por el respeto a la libertad de culto de los mexicanos: Rubén Velázquez.

Rubén Fernando Velázquez López . Muy buenos días a todos y a todas, amigos senadoras y senadores, particularmente a mi amigo el senador Melquíades Morales, Presidente de esta Comisión Especial. Muchas gracias por la invitación.

A todos nuestros invitados que están aquí ahora, escuchándonos y atestiguando la presentación de este libro y a mis amigos que me han antecedido en la palabra e igualmente a las diputadas y los diputados que vienen de comisiones especiales de algunos estados, a los representantes del gobierno de Veracruz, así como a la Suprema Corte de Justicia y a Don Guillermo Morales. Bienvenidos todos.

Es de agradecer a la Comisión Especial encargada de los Festejos del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana de este Senado de la República, que preside el senador Melquíades Morales Flores; y a la doctora Patricia Galeana, coordinadora del volumen Secularización del Estado y la sociedad; que pongan a disposición del público el resultado de las exposiciones de especialistas sobre el tema de la obra cuya edición comentamos en esta ocasión.

La presentación del libro que hoy nos convoca es una oportunidad para reflexionar sobre el proceso de construcción del Estado mexicano, que fue un proceso sinuoso, con altibajos, cuya gestación tiene antecedentes que se remontan al tiempo de la consumación del movimiento de Independencia.

La cuestión de la secularización fue, ha sido y será para nuestra nación una compleja relación entre el Estado y la Iglesia, una relación de encuentros y desencuentros, la pluralidad, diversidad y desarrollo en el marco de las libertades y pacífica convivencia no podría ser hoy garantizada sin un Estado laico.

Éste se ha constituido en el garante de muchas libertades que antes no existían, la secularización, en el caso de nuestro país, ha sido un proceso de separación y limitación de facultades en donde el régimen social y político legitima sus instituciones, a partir de la soberanía popular, es decir, de la democracia y ya no por elementos religiosos.

Dicho proceso ha sido ciertamente singular y se encuentra estrechamente ligado a la misma conformación del Estado mexicano.

La obra que hoy nos convoca realiza un muy necesario recorrido ideológico e histórico sobre la laicidad, las relaciones Estado-Iglesia católica, el enfrentamiento entre conservadores y liberales, la construcción de una nueva legalidad por parte de la generación juarista y los efectos de la misma en el conjunto de la sociedad.

Consciente de que las definiciones son sujeto de variados significados e interpretaciones, me parece que el centro del concepto secularización está bien capturado en el capítulo Liberalismo y secularización: impacto de la primera Reforma liberal, incluido en el libro de Marta Eugenia García Ugarte, que por cierto está aquí presente, y dice, cito textual en la página 53 del libro: En sentido descriptivo, la secularización se refiere a un proceso que tiene lugar en el ámbito social. En una sociedad secularizada la religión, sus reglas morales y canónicas, han perdido el predominio de la conciencia individual y sus valores han dejado de regir la sociedad. Cierro comillas.

De los varios ángulos contenidos en el volumen, pero que todos ellos tienen el común denominador de apuntar hacia la paulatina declinación en el control religioso de la vida pública y el aparato legal del país, me enfocaré en un tema que me parece fundamental y que ya fue también citado aquí.

Se trata de que además del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución mexicana, en este 2010 celebramos 150 años de la Ley de Libertad de Cultos del 4 de diciembre de 1860.

En los años inmediatos a la consumación de la Independencia de México tiene lugar un intenso debate sobre si el país debería abrirse a la tolerancia religiosa. La Ley de Libertad de Cultos, promulgada por Benito Juárez, tiene tras de sí una larga y sinuosa historia que debemos aquilatar en este año en que se cumplirá siglo y medio de la norma juarista a favor del Estado laico.

El crítico más sistemático y agudo del monopolio religioso católico en México, en los años previos y posteriores a la Independencia fue José Joaquín Fernández de Lizardi, el Pensador Mexicano, quien entre 1813 y 1827 escribe en varios momentos sobre lo peligroso y pernicioso de que la jerarquía católica tuviese tanto poder político y económico en la nación.

Al momento de las discusiones sobre la nueva Constitución que debería regir al país independizado de España, Lizardi consideró que bajo el sistema republicano la religión [católica] del país debe ser no la única sino la dominante, sin exclusión de ninguna otra. Comenta que ante lo que llama el tolerantismo religioso sólo en México - lo cito a él-, sólo en México se espantan de él, lo mismo que de los masones. Pero ¿quiénes se espantan? Los muy ignorantes, los fanáticos, que afectan mucho celo por su religión que ni observan ni conocen, los supersticiosos y los hipócritas de costumbres más relajadas […] ningún eclesiástico, clérigo o fraile, si es sabio y no alucinado, si es liberal y no maromero, si es virtuoso y no hipócrita, no aborrece la República, el tolerantismo ni las reformas eclesiásticas. Ésta es una cita de La nueva revolución que se espera en la nación de 1823.

Por su defensa y en simpatía con los masones, tanto José Joaquín Fernández de Lizardi como Fray Servando Teresa de Mier sufren procesos en su contra por parte de la Inquisición. La crítica de ambos a las pretensiones de la Iglesia católica para conservar el dominio ideológico y político de la sociedad es precursora de la laicización del Estado. En tal proceso no debemos olvidar el relevante papel del doctor José María Luis Mora.

En 1824 es aprobada la Constitución, cuyo artículo tercero dejaba en claro que la religión de la nación mexicana es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana. La nación la protege por leyes sabias y justas, y prohíbe el ejercicio de cualquier otra. Eso decía aquel artículo.

Un solitario diputado, Juan de Dios Cañedo, impugna el artículo que veda la práctica de una religión distinta a la católica romana. Con su acción logró que por primera vez la tolerancia fuera discutida como tema central en un órgano de gobierno. Esto es citado por Gustavo Santillán en La secularización de las creencias.

En el terreno de las ideas otros acompañan a Lizardi y Cañedo, aunque la tendencia mayoritaria es de proteccionismo gubernamental a favor de la confesión católica romana. La oposición a que tengan cabida en México “falsas sectas” domina abrumadoramente entre los congresistas que gestan la Constitución de 1824. Uno de ellos, Carlos María de Bustamante, expresa la convicción, donde, lo cito: Llegará el día en que nuestra gente pueda tratar con protestantes, pero por el momento la tolerancia, además de peligrosa, sería impolítica.

Mientras en el campo de las ideas y el debate se discutía acerca de una presencia hipotética, la del protestantismo, en el marco de la realidad tenía lugar la convivencia temida por Carlos María de Bustamante.

Unos pocos de los extranjeros asentados en México, sobre todo ingleses, se identificaban con alguna de las variantes del protestantismo y practicaban en privado su culto. Pero la creencia y práctica del protestantismo difícilmente quedó circunscrita a sus adeptos extranjeros, de alguna manera se filtró hacia algunos nacionales.

Otra fuente de esa filtración fue la de los mexicanos que viajaban a los Estados Unidos, allá simpatizaron con el credo protestante y a su regreso a nuestro país lo difundieron cautelosamente.

De nueva cuenta corresponde a José Joaquín Fernández de Lizardi dejar constancia de las modificaciones experimentadas en la ciudad de México en cuanto a la incipiente diversificación de creencias. En sus Conversaciones del payo y el sacristán arguye a favor de la convivencia pacífica con protestantes y francmasones, gente que no por no ser católica deja de vivir conforme a las leyes civiles.

El Pensador refiere el caso, en un escrito de 1825, de un protestante ultimado en la capital del país: cuando un asesino intolerante mató al pobre inglés en las Escalerillas, a pretexto de que no se quiso hincar en la puerta para adorar el Sacramento del Altar, todos los sensatos abominaron el hecho y al hechor.

El episodio tiene lugar en agosto de 1824. El asesinado no era inglés, sino un zapatero estadounidense avecindado en México. El episodio tuvo lugar cuando el extranjero estaba sentado delante de la puerta de su pequeño negocio. Entonces durante una procesión católica uno de los integrantes de la misma le exigió que se arrodille, al negarse el zapatero es acuchillado. El hecho motivó que un representante del gobierno de Estados Unidos dirija una carta de protesta el 30 de agosto de 1824 al encargado de la Primera Secretaría de Estado, que encabezaba Lucas Alamán.

El libro coordinado por la Doctora Patricia Galeana es sumamente rico y nos provee de los antecedentes de la libertaria Ley de Cultos juarista, así como de los procesos sociales que reconoció y desató esta ley en la sociedad mexicana.

La secularización del Estado y la sociedad, centro de atención del volumen, nos recuerda que dicho proceso es la historia del reconocimiento de derechos y ampliación de libertades personales y sociales que solamente han podido consolidarse por la vigencia y fortalecimiento del Estado laico.

Nos falta camino por recorrer en la construcción de la laicidad en nuestro país, seguiremos trabajando por la diversidad, pluralidad, tolerancia y respeto de las libertades de todos los mexicanos en un Estado de derecho.

Enhorabuena por este volumen.

Muchas gracias.

Propone Rubén Velázquez crear comité para analizar situación de productores de leche

México, Distrito Federal, jueves 25 de marzo, 2010.

El senador del PRD, Rubén Fernando Velázquez López propuso formar un comité para analizar la Norma Oficial Mexicana que permita a la industria lechera nacional surtir su producto, competir de manera más justa y que el consumidor final obtenga una mejor calidad en la compra de lácteos.

Al subir a Tribuna para hablar sobre el dictamen relativo a la adquisición de leche fluida nacional, el legislador por Chiapas explicó que en este grupo de trabajo deben participar productores primarios, industrializadores, comercializadores, miembros del Poder Legislativo y Ejecutivo “para analizar de forma periódica el porcentaje que obtiene este sector por la venta de leche en el país”.

“Porque hoy por hoy, están autorizando que entren fórmulas que no son, precisamente, lácteas; que no son, precisamente originarias de la ubre de la vaca, sino son más bien fórmulas químicas”, aseguró.

Velázquez López también planteó a la Secretaría de Economía establecer nuevamente el arancel de importación de 125.1 por ciento, “porque hoy está alrededor del 61,62 por ciento”, con el fin de hacer una competencia más justa en el sector nacional.

Lamentó que los industriales prefieren comprar fórmulas lácteas en el extranjero “porque es más barata la materia prima que comprar el producto (leche natural) en nuestro país”, sin embargo, no se garantiza que sea leche natural, ni una fórmula con la que se produzcan otros derivados de la leche”, como el queso y el yogur.

Por ello, solicitó a las secretarías de Energía y Hacienda invertir en ordeñadoras y equipos de enfriamiento para establos o corrales de los productores de leche “que todos los días fomentan el empleo, que tienen ingreso y generan riqueza a su alrededor”.

Pide Rubén Velázquez trabajar más por libertad de culto en el país

México, Distrito Federal, jueves 25 de marzo, 2010.

El Senador del PRD Rubén Fernando Velázquez López señaló que hoy el Estado laico garantiza una relación pacífica y de pluralidad entre la Iglesia y el gobierno, sin embargo señaló que es necesario trabajar más por el respeto a la libertad de culto de todos los mexicanos.

Durante la presentación del libro Secularización del Estado y la Sociedad, el Legislador por Chiapas mencionó que esta obra convoca a reflexionar sobre el proceso de construcción del Estado mexicano, que “fue un proceso sinuoso, con altibajos, cuya gestión tiene antecedentes que se remontan al tiempo de la consumación del movimiento de Independencia”.

Indicó que la secularización fue para el país una compleja y difícil relación entre el gobierno y la Iglesia, sin embargo después de encuentros y desencuentros, la pluralidad, diversidad y desarrollo garantizó construir un Estado laico.

“En el caso de nuestro país, ha sido un proceso de separación y limitación de facultades en donde el régimen social y político legitima sus instituciones, a partir de la soberanía popular, es decir, de la democracia y ya no por elementos religiosos”, agregó.

Recordó que la secularización del gobierno y la sociedad es el reconocimiento de derechos y la ampliación de libertades personales, que solamente han podido consolidarse por la vigencia y fortalecimiento del Estado laico.

Explicó que este libro realiza un recorrido ideológico e histórico sobre la laicidad, las relaciones Estado-Iglesia Católica, el enfrentamiento entre conservadores y liberales, y la construcción de una nueva legalidad por parte de la generación juarista y sus efectos en la sociedad.

En una sociedad secularizada la religión, sus reglas morales y canónicas, han perdido el predominio de la conciencia individual y sus valores han dejado de regir la sociedad, citó.

Señaló que en este año que se conmemora el Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, también hay que destacar la promulgación de la Ley de Libertad de Cultos, que el 4 de diciembre conmemorará 150 años de su creación.

“La Ley de Libertad de Cultos, promulgada por Benito Juárez, tiene tras de sí una larga y difícil historia que debemos aquilatar en este año en que se cumplirá siglo y medio de la norma juarista a favor del Estado laico”, dijo.